Benefícios de de tener un hogar adaptado a los adultos mayores

Los cambios vienen poco a poco pero son inevitables. La edad avanza y el cuerpo pierde fuerza, agilidad y flexibilidad. Los sentidos ya no son tan buenos en detectar obstáculos y los reflejos ya no responden rápido a un tropiezo, un choque, a cualquier imprevisto. La falta de fuerza y equilibrio pueden volver complicadas actividades que antes eran banales: tomar un objeto de un armario alto, sentarse o pararse del sanitario, subir o bajar una escalera o mismo caminar por la casa. Lavarse los pies en la ducha se vuelve un reto y un riesgo.

Los familiares ya cuidan su ser querido garantizando su acceso a lo mejor de la medicina, pero muchos esfuerzos pueden ser perdidos si ocurre un accidente doméstico. Una casa adaptada a las necesidades de la vejez resuelve parte de estos problemas y mitiga otros. El primer beneficio es disminuir la chance de caídas que, dependiendo de la edad, suelen ser fatales.

Otro beneficio es disminuir las oportunidades de que se hagan movimientos perjudiciales a la columna, como, por ejemplo, alzar cosas pesadas. El lugar correcto para alzar peso es en el gimnasio, pilates o fisioterapia, bajo supervisión, y no dentro de la cocina.

Una casa adaptada trae también la posibilidad de mayor autonomía. El adulto mayor vuelve a realizar actividades que había dejado de hacer porque se le hicieron muy difíciles o riesgosas.

Y, para limitar la lista de beneficios, que es bastante extensa, podemos resaltar los alertas en caso de emergencia. El concepto de casa adaptada incluye botones de pánico, monitoreo por video y estrategias tecnológicamente sofisticadas de detección de emergencias. El celular no estará disponible en algunas situaciones críticas y la detección temprana de problemas hace toda la diferencia.